jueves, 11 de septiembre de 2008

¿Mujeres como tejas de zinc? Suspiro del marqués de carabáz

El árbitro dijo: “Es que hay algunas mujeres que son como las tejas de zinc…”.“¿Cómo así?”, preguntó Peláez.“Si uno no las clava duro, se vuelan”.

Completamente de acuerdo con el comentario de Oscar Julian Ruiz, desde mi punto de vista. Que son tres a partir de las definiciones encontradas en el diccionario de la real academia de la lengua.
Hacer una cosa con perfección: Que para mi es un hombre que todo lo que hace trata de hacerlo con perfección, en su vida personal, evaluándose constantemente busca mejorar en todos los ejes de su vida al punto que yo lo admire y quiera aprender de el. Ya que en este caso “una cosa” seria la relación de pareja. El debería de procurar todos los días, con dedicación y amor poner un ladrillo, hacer algo pequeño pero continuo para construir una relación con bases sólidas y firmes, para que en medio de la imperfección natural que traen las relaciones de pareja y de todas las relaciones de los seres humanos tengamos una estabilidad y una felicidad dentro de lo humanamente posible.

Poner, fijar: Lo interpreto a partir de fijar metas claras mutuas, que quiere cada uno de la relación, que objetivos comunes tienen sinceramente a medida que van conociéndose. Retomando el ejemplo de Oscar Julian Ruiz, imagino la cosa, como suelen hacer los hombres, el, no haya pensado “esta vieja me espera hasta cuando a mi se me de la gana”, el tiempo que se me de la gana, y pues simplemente yo decido si me quiero casar con ella y le llevo EL HERMOSO REGALO DE UN AÑILLO”, no se si siento rabia o risa, cuando oigo a algunos amigos planeando ese momento como si le estuvieran dando a la novia la mayor felicidad de su vida. El matrimonio debe ser un acuerdo común, una comunión, una dicha compartida, no el obsequio que le dan a la muchachita a cambio de tener paciencia y aguantar tanto para que le concedan el deseo que ha tenido desde niña.

Introducir en un sitio algo con fuerza: Para que una mujer no se le vuele a un hombre, ese hombre debe estar introducido en uno mental y corporalmente. Mental: Tenerlo en la mente como complemento de nuestro pensamiento, que diría el, que haría el, puedo hablar con el esto y recibiré su apoyo y conocer un punto de vista distinto al mío, simplemente un me escucha de verdad, le voy a contar esto, sentirse recíprocamente conectada con el muchachito en el pensamiento. Corporal: Ese hombre tiene que estar clavado en nuestra piel, en las entrañas, no queremos oler otro olor que el de su piel, no queremos otras caricias que no sean las de sus manos, por que tienen la medida de fuerza y presión para hacernos sentir el mayor de los placeres, teniendo en cuenta que los brazos, los hombros y la espalda también son partes de mi cuerpo. Y que sus ojos se claven en mí diciéndome que me aman y me desean como a ninguna otra mujer.

A tenerlo en cuenta por que sino, hay que volarse con el primero que nos haga sentir esto!!

2 comentarios:

El Marqués de Carabás dijo...

Me gustan dos cosas:

El que hayas hecho la tarea de retomar las definiciones y aplicarlas con precisión al tema que trata el árbitro con esa frase popular. Ahí nos damos cuentas cuánta verdad encierran los dichos comunes cuando estamos atentos a su significado y nos damos cuenta de que no son "combas al palo" de la vida.

El apasionamiento impregnado en tus palabras. Se siente la emoción, la pasión de una mujer que ama amar y que la amen. Se siente, y ya que no soy yo quien lo haga por ti y para ti, te lo deseo de corazón.

Botar corriente es recoger energía. Miau...

Pancho Ramirez dijo...
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